Páginas
▼
martes, 19 de mayo de 2015
REVISTA AL RECREO
ENLACE A LA REVISTA "AL RECREO" de la
Federación Aragonesa de Sindicatos de Enseñanza de CGT (FASE-CGT)
http://www.cgtaragon.org/fedens/al-recreo-revista
PEDAGOGÍA; APRENDER A COOPERAR
Hace ya unos años que es habitual oír hablar de aprendizaje cooperativo en colegios e institutos, en las unidades de programas, en las visitas de los inspectores; no en vano trabajar en equipo es ya una de las competencias que el alumnado tiene que desarrollar.
El “descubrimiento” del trabajo en equipo ha llegado también al mundo de la empresa donde es un valor al alza. El trabajo en equipo mejora los resultados, es decir, aumenta el rendimiento y, por tanto los beneficios; en fin, que las cuentas salen.
Y aquí un paréntesis para apuntar como el mundo de la industria y las finanzas se empapa y pervierte las propuestas de la psicopedagogía: la educación emocional, la teoría de las inteligencias múltiples; tal vez sólo se le resista la propuesta de la educación lenta, porque, al fin y al cabo, ésta intenta devolvernos el control del tiempo, algo que, desde la revolución industrial, hemos ido perdiendo en aras de la productividad en la fábrica y en la escuela. Volviendo a la educación, el aprendizaje cooperativo es para los docentes una forma de cambiar su manera de enseñar.
En este contexto tendríamos que preguntarnos qué significa “cooperar”, qué significa “trabajo en equipo”. Hace casi cuatro años comenzó a desarrollarse en varios centros de la provincia de Teruel un programa de formación y práctica del aprendizaje cooperativo. Al IES Matarraña llegó a partir del interés de unas compañeras y a través del CPR de Alcañiz; de los principios de este programa, fundamentalmente, y de la experiencia en el mismo son las ideas y reflexiones que siguen. El programa es de la Universidad de Vic y se denomina “Cooperar para Aprender/Aprender a Cooperar” (CA/AC). En él se define el cooperativo como “como una manera de estructurar la actividad en el aula en equipos reducidos de trabajo, en los cuales los estudiantes se ayudan los unos a los otros a aprender”. Y un segundo inciso: esto de la ayuda, del apoyo mutuo es un concepto plenamente integrado en la pedagogía libertaria y el ideario anarquista.
El título del programa establece claramente los dos objetivos de los equipos: aprender más y mejor los contenidos (cooperar como recurso) y aprender a trabajar en equipo (la cooperación, la ayuda mutua como contenido). Esta segunda finalidad es, para mí, la más importante; para nuestros alumnos, pero también para nosotros, profesores y maestros pues nos obliga a cuestionar nuestra práctica docente: ¿cómo enseñarles a trabajar de forma cooperativa si nuestra actividad se desarrolla mayoritariamente de modo individual? Esta contradicción pone de relieve, además de un dilema personal, la falta de espacios y tiempo para trabajar en común, la rigidez de los horarios, la artificial compartimentación de las materias, . . . Ante estas situaciones la administración educativa se limita a ejercer de espectadora: como mucho aplaudirá este tipo de iniciativas, pero no está dispuesta a cambiar las condiciones que permitan desarrollar las mismas plenamente. No son los arriba mencionados los únicos inconvenientes: encontraremos resistencia entre los propios alumnos, demasiado entrenados -por nosotros mismos- en aprendizajes y actitudes individualistas y competitivas; y tampoco todos los compañeros van a entender y aceptar esta manera de enseñar y aprender.
Aunque el cooperativo no sea la panacea para los males de la educación, ni sus frutos se vean de la noche a la mañana, sí que supone un cambio en la dinámica habitual de los centros, un cambio positivo. El programa CA/AC se organiza en tres ámbitos que podemos ir introduciendo en nuestras aulas progresivamente: a) en el primero se trata de aumentar la conciencia de grupo creando en la clase un clima favorable a la cooperación a través de dinámicas de cohesión. b) en el segundo utilizaremos el trabajo en equipo como un recurso; la cooperación ayudará a una mejor asimilación de los contenidos. Aquí se pondrán en práctica las estructuras cooperativas que pueden ser utilizadas en diferentes momentos de una unidad didáctica. c) y, por último, el trabajo en equipo, será, no sólo un método, sino un contenido curricular.
Considero que es éste último el que, realmente, supone un cambio: en él estaremos educando a nuestro alumnado en la cooperación y la solidaridad a partir de la participación de todos y el respeto mutuo. Y, para terminar, quiero recoger aquí, parte de la experiencia de la escuela libre Paideia que, con más de veinte años de funcionamiento, ha hecho del aprendizaje cooperativo un pilar fundamental de su modelo educativo. He elegido únicamente algunos de los objetivos que pretenden con su práctica
-Desarrollo de la motivación hacia el aprendizaje, inducida por los procesos interpersonales del grupo.
-Desarrollo de una actitud positiva de respeto hacia sí mismo y los otros. -Integración de quienes tienen dificultades.
-Desarrollo de la responsabilidad frente a los demás y frente a su propio aprendizaje.
-Pensar que la verdad está repartida entre todos y elaborar a partir de las ideas de otros.
-Expresar sentimientos y demostrar aprecio y afecto.
-Reconocer errores propios y admitir que los demás pueden equivocarse.
-Asumir que todos merecemos confianza y es responsabilidad de cada uno mantenerla y aumentarla.
Por supuesto, que hay otros muchos objetivos y, entre ellos, también los más obviamente relacionados con los contenidos y métodos de trabajo, pero creo que los reflejados más arriba son la base sobre los que asentar el resto. Y, si conseguimos aunque sólo sea una parte de ellos, podemos estar seguros que estamos contribuyendo a que nuestros alumnos sean mejores y nuestro mundo más solidario. ´
JOSÉ CARLOS GONZALVO VALLESPÍ
DOCENTE EN EN EL IES MATARRAÑA de VALDERROBRES
No hay comentarios:
Publicar un comentario