Menudo revuelo mediático, político y social se ha montado con la publicación recientemente en el BOE (que algunos califican de “celestial”) del nuevo currículo de Religión. Como si fuera algo totalmente nuevo. Pero: bienvenido.
Lo que cambia, en términos organizativos, con respecto al que se publicó el 6 de junio de 2007 (o anteriormente), es que ahora con la LOMCE es evaluable a efectos académicos, que se puede escoger por una doble vía y que se le ha “colocado” una “alternativa” de “Valores sociales y cívicos”. Además de que se han desmontado, con la LOMCE, una parte importante de áreas fundamentales para pensar y razonar, como la filosofía, las artes, la educación física, etc. Que no es cosa banal.
Una de las novedades del BOE de 2007 fue que se incorporaban contenidos para el “segundo ciclo de educación infantil”, y ello iba mucho más allá de lo que marcan los “Acuerdos con la Santa Sede de 1979”, ya que estos se refieren solo a la Preescolar de 4 y 5 años, y con la LOGSE y la LOE, la Infantil se ampliaba a los tres años. Es decir se rebajaba en un año la enseñanza de Religión. Algo que fue alucinante y patético.
También cambia, porque entonces gobernada la Conferencia Episcopal el integrista y “malo malísimo” Rouco y ahora es Blázquez, el actual Delegado en España del “Papa bueno, buenísimo”, el de las “barricadas de los pobres y contra las injusticias”, el Papa populista argentino, el que tanto gusta a algunos políticos de nuevo y viejo cuño. El que afirma que el capitalismo es “pecado”, cuando él dirige una enorme corporación religiosa empresarial y financiera… También cambia, porque entonces Gobernaba Zapatero y ahora, todavía, lo hace Rajoy.
También, porque entonces algo más del 60% del alumnado de la escuela titularidad pública, en el conjunto del Estado y en todas las etapas, asistían a clase de Religión y ahora no llegan al 50%, según datos MEC. Y en algunas CCAA, no pasan del 25%.
También, porque los contenidos, que tanto han “irritado y alarmado”, han cargado “las tintas” en los rezos, en que la felicidad sólo se alcanza a través de Dios, en la justificación del Creacionismo. Quizá, esta alarma viene, porque la mayoría no han “seguido” detenidamente los contenidos de algunos los libros de Religión que se vienen editando, año tras año. Editorial a editorial. ¡Algunos indignantes! Y, claro, lo han visto en el BOE…
En el currículo de 2007, en la Etapa de Infantil ya se incluían como objetivos/contenidos, nada más y nada menos: “el descubrir y conocer el propio cuerpo, que es un regalo de Dios Creador con la colaboración de los padres. La diferenciación sexual y de roles (niño-niña) como don recibido de Dios. El diálogo con Dios y la oración como salvadora del cristiano. Un Dios que escucha, al que se le pide ayuda y se le dan las gracias. Como Jesús cuida de los niños y se preocupa por ellos. El pecado y la oveja descarriada…” Y en Primaria, por ejemplo: “La creación del ser humano y del mundo, obra admirable de Dios. Estructura y sentido de la Biblia, palabra de Dios. Manifestación de Dios Padre, creador y misericordioso. El pecado… La importancia de los sacramentos y, en particular de la confesión y comunión…”
En el nuevo currículo de 2015 algunos resaltan en los contenidos/objetivos, por ejemplo, el hecho de que “Dios ha creado al ser humano para que sea feliz en su relación con Él”. Que “sin esa asignatura no se puede conseguir el desarrollo de la persona”… “que la educación en la dimensión religiosa es parte fundamental para la maduración de la persona y lograr la felicidad, que fuera de la religión es más difícil o imposible”
He leído, también, a quien afirma estos días, como si fuera algo nuevo, que “esta rendición de la escuela española al pensamiento mágico es consecuencia de una Transición en la cual, en vez de dotar al país de un sistema educativo público de verdad, se integraron en el existente los colegios religiosos bajo la figura de la concertación. Por eso pagamos con dinero de todos centros religiosos como si fueran públicos y, por si eso fuera poco, costeamos el adoctrinamiento infantil en el catolicismo por clérigos o delegados de éstos que falsean la Historia y enseñan como hechos reales”. Estoy totalmente de acuerdo.
Pero en el fondo ¿Qué hay de nuevo para tanta alarma? Yo invito a que se lean el BOE de 2007 y lo comparen con el de 2015, tanto en el fondo, como en la forma. Claro que encontraran diferencias…
…Pero eso NO es lo más importante.
Al fin y al cabo (todavía) es voluntario asistir o no. Los padres/madres pueden decidir si a sus hijos e hijas se les educada en la magia y/o en la razón… aunque, con ello, se les generen profundas contradicciones que por la falta de maduración (según la edad) son incapaces de entender o que participen de la barbaridad que supone el segregar a niños y niñas, en función de las convicciones de sus padres/madres. Y aunque todo ello se haga en contra de Los Derechos de la Infancia…
Lo trascendente e importante es que la Religión confesional sigue presente en la Escuela, por decisión política, de unos y otros, con ciertas complicidades sociales y sindicales.
Que más de quince mil “delegados diocesanos” designados por los Obispos figuran como personal laboral (gracias a la LOE) en los centros escolares de titularidad pública y que no sólo se limitan a impartir catecismo a los escolares que asisten a religión (por cierto cada vez menos), sino que hacen proselitismo católico (en ocasiones muy integrista y en contra de leyes civiles), que participan de los debates en los claustros y en el Consejo Escolar, que imparten otras asignaturas (con la complicidades políticas y sindicales) y que gracias, en esta ocasión a la LOMCE, podrían ser designados como miembros de los equipos directivos en la Escuela de titularidad Pública.
Que el Estado financie Centros privados dogmáticos católicos. Y que con la LOE/LOMCE se les considera, nada más y nada menos, como Servicio Público.
Pues a pesar de este panorama, hay organizaciones sociales, políticas y sindicales, de las que se reclaman del centro izquierda (por ejemplo) y hay Plataformas y Mareas por la Escuela Pública, que no apoyan -nítidamente- la “Laicidad en la Enseñanza” Es decir: “que la religión salga de la Escuela” y/o “NO a los conciertos con centros confesionales”.
Aunque no sea nada nuevo. ¡Bienvenido el revuelo, una vez más! Sobre todo porque sirve para hacer razonar y pensar sobre la verdadera dimensión de la Religión en la Escuela.
Asistimos a un proceso político que posiblemente va a modificar el panorama de representación y participación de la ciudadanía en todos los ámbitos, a lo largo de 2015.
Algunos y algunas tenemos mucha paciencia con este tema. Llevamos más de 35 años esperando. Yo les emplazo a ustedes a evaluar la situación de aquí, justo a veinticuatro meses. Creo que es un tiempo prudencial, para analizar si -para entonces- podremos soñar “que vamos a dejar de “esperar”.