PORTUGAL CORTA LOS CONCIERTOS A LOS PRIVADOS
Portugal ya había dado una lección con las listas de interinidad a las que se apuntaba toda persona que deseaba ejercer la docencia nada más acabar la carrera. Esas listas nutrían de profesorado interino tanto a centros públicos como a centros concertados, donde no era necesario tener una tía monja o ser catequista para entrar a ejercer la profesión. Por supuesto, al profesorado no se le pedía hacer apostolado ni participar en celebraciones religiosas, pues eran profesionales dependientes de fondos estatales y que -al contrario de lo que sucede en España- sólo debían rendir cuentas de su trabajo a la República Portuguesa.
Ahora, el Ejecutivo socialista que lidera Antonio Costa, con el respaldo del Bloquo de Esquerda y los comunistas lusos, recortará el 60% de acuerdos y subvenciones del Estado a los colegios privados para el curso 2016-2017.
Según se desprende del Informe 2015 sobre el estado del sistema educativo, elaborado por el Consejo Escolar del Estado con datos del año 2013 –últimos conocidos hasta la fecha–, en Portugal un 85,6% del alumnado luso de educación primaria y secundaria fue a centros de titularidad pública, frente al 4,8% que aprenden en colegios privados dependientes del Estado y un 9,6% en instituciones privadas independientes. Una apuesta por el sistema público mucho mejor
Cifras mejores que las de Malta, Reino Unido y Bélgica (en Malta está muy arraigada una religiosidad decimonónica, en el Reino Unido el tacherismo se cargó todo lo público, también la enseñanza, y en Bélgica el catolicismo posee gran peso acudiendo en 2013 más alumnos al sistema privado dependiente que al público).
En Alemania, Países Bajos o Croacia, los centros públicos aglutinan un 100% en los dos primeros casos y un 98,5% en el último.
En España un 68,9% de los alumnos españoles acudieron a centros públicos en 2013, frente al 26,3% que apostaron por concertados y un 4,8% que fueron a centros privados dedicandoses 5.651 millones de euros a este tipo de colegios (mayoritariamente católicos), un 14,2% del total de la partida ministerial para educación. Asimismo, en varias comunidades autónomas gobernadas por el PP, el dinero recortado de la Educación Pública se ha derivado a concertar el Bachiller en centros privados, algunos de ellos segregadores por sexo.
Mientras, en este mundo al revés, el presidente del estado español, va defendiendo en Valencia los conciertos educativos como forma de "libertad y pluralidad" coreado por Ana Rosa Quintana que afirma que es más barato. Normal, son empresas privadas que reciben dinero público y que -en muchos casos detectados por nuestra organización- presionan a las familias para cobrar dinero bajo cuerda a través de Funfdaciones por un alumnado cuyas necesidades ya han sido pagadas con los impuestos de toda la ciudadanía. Y mientras todo esto sucede, el alumnado valenciano recibe clase en barracones y carecen de infraestructuras.
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