A partir de Agosto de 2016, Finlandia, país de referencia educativa por el éxito y la novedad de sus experiencias, suprimirá los exámenes, y se replanteará la enseñanza por asignaturas y los horarios de clases. La enseñanza tradicional ha muerto en este país. Se pasará a trabajar por proyectos en todos los niveles educativos, partiendo de temas de interés para el alumnado, de forma colaborativa, en grupo y fomentando la investigación y la interdisciplinariedad. Esta nueva forma de trabajo recibe el nombre de Phenomenon based learning.
El sistema educativo finlandés, conocido como uno de los mejores del mundo, prepara un cambio radical con el que espera mejorar la calidad de sus escuelas. Las clases tradicionales serán desplazadas por los proyectos temáticos, que adquirirán un mayor protagonismo en las aulas.
A partir del nuevo curso de 2016/2017, todos los centros de enseñanza del país nórdico empezarán a aplicar un método nuevo conocido como Phenomenon Based Learning. Bajo este sistema, las clases tradicionales serán desplazadas por proyectos temáticos en los que el alumnado se apropiará del proceso de aprendizaje.
Marjo Kyllonen, gerente de educación de Helsinki afirma que “en la educación tradicional, los alumnos van a su clase y tienen clases de matemáticas, después de literatura y luego de ciencias. Ahora, en lugar de adquirir conocimientos aislados sobre diferentes materias, el papel de los estudiantes es activo. Ellos participan en el proceso de planificación, son investigadores y también evalúan el proceso”. Según Kyllonen, “el motivo de este cambio es que la forma tradicional de educación, dividida entre diferentes materias, no está preparando a los niños para el futuro, cuando necesitarán una capacidad de pensamiento interdisciplinaria, mirar a los mismos problemas desde distintas perspectivas y usando herramientas de distintos tamaños”.
Las clases tradicionales no desaparecerán por completo, al menos de momento. Aunque el nuevo currículum hace hincapié en las clases prácticas y colaborativas, en las que el alumnado trabajará con un equipo de profesorado simultáneamente, seguirán conviviendo con algunas clases tradicionales.
Estamos ante un modelo muy parecido al que revindican muchas pedagogías libertarias. Mientras, en nuestro país, seguimos ametrallando a fichas al alumnado, haciéndoles cargar con anacrónicos libros de texto y evaluando la memoria en vez del proceso. El cambio es posible y debemos ser conscientes.
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